Seminario en Chile ofrece un espacio de diálogo para que los jóvenes puedan discernir su vocación
Conocer al Señor, conocernos entre nosotros, conocerse uno mismo. En medio de la oferta constante y diversa del mundo, el Seminario Mayor “San Rafael”, en la diócesis chilena de Valparaíso, ofrece mensualmente un espacio titulado “Diálogos” para que los jóvenes puedan profundizar en su vida de fe y preguntarse por su vocación, acompañándolos en esa búsqueda.
La iniciativa forma parte de una nueva etapa del seminario, con nuevos desafíos que tienen como fin “que los jóvenes puedan conocer al Señor”, explicó su rector, P. Diego González, a ACI Prensa.
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“Nosotros creemos que en el diálogo se encuentra la verdad. Y mientras más se dialoga, más se sabe, más se aprende y más se conoce. Y obviamente, en esta búsqueda de la verdad aparece claramente el Señor como la verdad revelada, o sea, fundamental para anclar la vida”, subrayó.
“Entendemos el diálogo como una instancia para conocer al Señor, para conocernos entre nosotros y también para conocerse uno mismo”, resumió.
Los encuentros comienzan con la adoración al Santísimo Sacramento, luego se celebra la Eucaristía, y hay un momento para compartir la charla entre los formadores y los jóvenes.
“Muchas veces no hemos podido plantear directamente la vocación sacerdotal como una opción real para la vida de nuestros jóvenes”, reconoció el P. González, y admitió también que “no siempre hemos sabido acompañar estos procesos”.
¿Cuál es el propósito de “Diálogos”?
“Diálogos” busca “hacer una invitación a que los jóvenes reflexionen sobre la vocación a la que están llamados. Y si es el sacerdocio, bueno, hay que seguir con el discernimiento. Pero si no lo es, también tenemos la felicidad de que ellos han profundizado en su vida de fe y es por eso que deciden un camino a seguir de la mano del Señor, sea la vía sacerdotal o la vía matrimonial”.
“Lo que nosotros hemos pensado es que ellos, en medio de sus búsquedas —porque están en etapas de búsqueda, de decisión de carrera profesional, de estudio futuro— sepan que un joven católico se debe plantear también, por honestidad, la vocación sacerdotal, si es Dios el que está llamando. Y si está llamando, hay que abrirse a esa posibilidad”, sintetizó.
“Estamos muy entusiasmados porque vemos con mucha esperanza que los jóvenes sí se están planteando la vocación sacerdotal, y que el Señor ha puesto en el corazón de muchos el deseo de seguirlo”, expresó.
“Nosotros, como seminario, queremos ponernos a disposición de estos jóvenes para que puedan verdaderamente interiorizarse en un discernimiento serio y profundo”, se comprometió.

¿Cómo fue la respuesta de los primeros jóvenes que participaron?
“Lo que recibimos de ellos fue, primero, la gratitud por saber que no están solos, que el camino de fe es en comunidad. Y que ellos sepan que estas preguntas que tienen, tampoco son aisladas, sino que hacen sentido en el corazón de otros jóvenes como ellos”.
En segundo lugar, señaló, “surgió muy fuerte la necesidad de seguir vinculándose, de generar instancias donde ellos también sientan que la vocación sacerdotal es una posibilidad real. Porque nos decían que en sus colegios, en la universidad, van escuchando continuamente ofertas de muchas cosas”, repasó.
¿Qué buscan compartir los sacerdotes en estos encuentros?
“Con el equipo de formadores hemos conversado mucho esto y hemos llegado a una conclusión común. Y es que estamos tan felices de ser sacerdotes que lo único que nos queda es compartirlo”, sintetizó.
“No nos podemos reservar esta alegría tan grande en nuestro corazón, sino que tenemos que salir a mostrarles a los demás, a decirles que ser sacerdote plenifica la vida y llena todo el caminar”.
“Los jóvenes necesitan la vinculación con alguien concreto”, insistió. “Nuestra compañía, la dirección espiritual y estos momentos de oración, creemos que son la clave para poder profundizar en la búsqueda de lo que Dios quiere de uno”.

¿Qué barreras encuentran los jóvenes ante la vocación sacerdotal?
El rector del seminario identifica una “tentación doble” en los jóvenes a la hora de evaluar el sacerdocio como una opción de vida: “Por un lado, la falta de compromiso para toda la vida. Hay como una especie de temor a asumir un compromiso permanente. Sienten que tomar una opción tan radical imposibilita otras cosas”, entonces surgen las preguntas: “¿Podré ser siempre sacerdote? ¿Podré continuar con esta tarea? ¿No se me acabará el entusiasmo?”.
Por otra parte, “los jóvenes creen que se pierde mucho siendo sacerdote. Como que la vida no estaría completa”.
Como respuesta, señaló: “Lo que nosotros les queremos mostrar con estas instancias de reunión es que al contrario, se gana todo, se gana mucho. Se gana en vínculos, se gana en vida de fe, se gana la vida, se gana todo, en verdad”, sintetizó.
“Yo creo que los jóvenes tienen que conocer esta experiencia de ser sacerdote para ver que no se pierde nada, que al contrario, es una gran ganancia que de verdad satisface todas las necesidades que un humano sacerdote busca, quiere”.

¿Cuál es el consejo para quienes están dudando sobre su vocación?
A los jóvenes que están dudando sobre su llamado, el P. González recomendó “que busquen a alguien que los acompañe en esto, que no sientan que están solos, que es un deseo individual del corazón, interno, o que deben llevarlo en lo secreto”.
“Yo los animaría a que busquen algún sacerdote, alguna institución, su seminario, equipos pastorales vocacionales, que estén muy atentos a quién los puede ayudar, quién los puede acompañar en este camino”, aconsejó.
“Hay que atreverse, hay que lanzarse. Esto implica también sacrificio, implica dedicación, esfuerzo, trabajo, pero para conseguir cosas en la vida todos sabemos que tenemos que dar un paso adelante. Y yo creo que los jóvenes quieren dar esos pasos adelante y a veces les faltan las herramientas, pero si hay personas que los acompañan van a ser plenamente felices, si es que el Señor los llama a esta vida y siguen con honestidad lo que el Señor y la Iglesia piden”.
Las vocaciones en Chile
Hasta noviembre de 2024, Chile contaba con 75 seminaristas formándose hacia el sacerdocio. En el Seminario de Valparaíso, el año pasado había cuatro, y este año la cifra aumentó a siete. A mediados de marzo, inaugurarán allí una casa donde funcionará el propedéutico, la etapa previa al ingreso formal al seminario.
Hasta el año pasado, había cuatro seminarios en Chile: Santiago, Valparaíso, San Bernardo y Villarrica. Actualmente se está retomando uno más en la Arquidiócesis de Concepción, iniciando con un propedéutico muy pequeño.