Huracán Melissa dañó seriamente el santuario cubano de la Virgen del Cobre

El paso del huracán Melissa por Cuba dejó una estela de destrucción, afectando considerablemente la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona del país.  

El huracán ingresó a Cuba el 29 de octubre a las 3:05 a.m. por el municipio de Guamá, en la provincia de Santiago de Cuba, con categoría 3 y vientos sostenidos de 195 km/h, afectando principalmente el oriente del país.  

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El poblado del Cobre se encuentra “devastado” 

El poblado de El Cobre, ubicado al pie de la Sierra, a unos 20 kilómetros al oeste de la ciudad de Santiago de Cuba, fue una de las zonas más afectadas. 

El P. Rogelio Dean, rector del santuario, relató que durante el paso del huracán se vivieron momentos de “mucha tensión, de mucho dolor, de mucha preocupación”. En voz de la población, el sacerdote explicó que “nunca se habían visto algo así”. 

En cuanto, a los daños sufridos en el templo, el P. Dean explicó que Melissa “ha rasgado el santuario (…) algunos vitrales [se encuentran] lamentablemente dañados. Entró agua y bueno, han sido momentos muy difíciles”.   

Huracán Melissa dañó seriamente el santuario cubano de la Virgen del Cobre. Crédito: Diócesis de Cienfuegos
Huracán Melissa dañó seriamente el santuario cubano de la Virgen del Cobre. Crédito: Diócesis de Cienfuegos

A pesar de las medidas de precaución, como la colocación de armazones de aluminio y tornillos empotrados para proteger los vitrales, “este huracán ha tumbado estructuras de mampostería de la pared”. 

Respecto a las consecuencias en la población, el sacerdote señaló que en su recorrido ha podido constatar que “la gente lo ha perdido prácticamente todo. Estamos viviendo una situación muy dolorosa en este momento. Muy, muy dolorosa”.  

Dirigir la mirada a Cuba  

Desde su sitio web, Cáritas Cuba informó que, aunque el ojo del huracán ya salió del territorio nacional, los vientos y bandas nubosas “continúan afectando gran parte del interior y la costa norte de la región oriental”, además de haber provocado el “desbordamientos de ríos locales, inundando un alto porcentaje de viviendas e instituciones en los asentamientos orientales” 

Ante esta emergencia, el P. Dean convocó a la sociedad e instituciones a que “dirijan su mirada hacia el oriente cubano en este momento”. 

“Estamos activando el mecanismo de Cáritas parroquiales para brindar alimentación, que es lo que podemos hacer por el momento. Evidentemente seguimos sin electricidad”, explicó el sacerdote.  

Por su parte, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) lamentó profundamente la tragedia y recordó que este desastre se suma “a la ya difícil realidad cotidiana de nuestro pueblo”. 

Los prelados pidieron “de todo” para los damnificados: alimentos, ropa, colchones, útiles del hogar, techos “especialmente a tantos ancianos solos y a todos los que viven esta hora con natural tristeza y desánimo”. 

Finalmente, hicieron un llamado a la solidaridad “a los cubanos de otras partes del mundo y de todo el país. A todos los que, con buena voluntad, quieran y puedan ayudarnos”. 

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