Santo del día 21 de febrero: San Pedro Damián. Santoral católico
Se suele hacer énfasis en la conciencia rigurosa de San Pedro Damián y, como se ve, no sin razón. Sin embargo, tal rigurosidad no es un facilismo exagerado o un recurso dramático. En tiempos de crisis -como los suyos o como los nuestros- es cuando mejor se percibe el mal, y cuando quizás se entiende mejor cuán necesario es tratar al pecador con indulgencia y bondad, pero siempre con la verdad. San Pedro Damián tuvo, en ese sentido, un poco de todas esas cosas cuando la prudencia y caridad lo requerían.
Por eso, a quienes lo juzgan para condenarlo, hay que recordarles que la personalidad del santo era esencialmente sencilla, muy propia del hombre común, del cristiano de a pie que ama al Señor y procura seguir sus pasos. Un dato curioso: en sus ratos libres, Pedro acostumbraba hacer cucharas de madera y otros utensilios para sus hermanos en la fe.
El episodio final
El Papa Alejandro II envió a San Pedro Damián a resolver un problema a Rávena, donde el arzobispo se había declarado en franca rebeldía y había incurrido en excomunión. Lamentablemente el santo llegó cuando el prelado había muerto, pero fue tal su ejemplo de justicia y caridad en la corrección fraterna que los cómplices del rebelde reconocieron su error, asumieron su penitencia y reformaron sus conductas.